El candidato respaldado por el principal partido nacionalista opositor de Polonia, Karol Nawrocki, se impuso en la segunda vuelta de los comicios celebrados el domingo.
Según datos definitivos del 100% de los votos escrutados proporcionados por la Comisión Nacional Electoral, Nawrocki logró el 50,89% de los apoyos, superando al liberal Rafal Trzaskowski, que obtuvo un 49,11%, que era el candidato del primer ministro, Donald Tusk, y la UE.
Aunque las encuestas otorgaban una ligera ventaja a Trzaskowski, con un 50,3% de los votos tras el cierre de los colegios electorales, los resultados finales dieron la victoria al rival ultranacionalista.
Polarización política
Antes de que se confirmaran los resultados oficiales, Nawrocki mostró optimismo afirmando que “ganaremos y salvaremos a Polonia”. Criticó duramente al actual gobierno liderado por Donald Tusk, calificándolo como un «monopolio de poder maligno» que frustra los grandes sueños y aspiraciones nacionales. Esta retórica refleja la fuerte división política que caracteriza el panorama electoral polaco.
La llegada de Nawrocki a la presidencia podría alterar significativamente la agenda progresista impulsada por el Ejecutivo actual. Además, su postura crítica hacia la Unión Europea, así como su rechazo a la adhesión ucraniana a la UE y la OTAN, podrían reavivar tensiones con Bruselas y afectar las relaciones bilaterales con Ucrania. También ha expresado intenciones de reducir ayudas destinadas a los refugiados ucranianos.
Perfil del nuevo presidente polaco
Nawrocki, un historiador nacionalista de 42 años, cuenta con el respaldo del partido conservador Ley y Justicia (PiS) y ha recibido apoyo explícito del expresidente estadounidense Donald Trump. Conocido por su lema «Polonia primero, los polacos primero», Nawrocki ha adoptado una postura firme frente a los refugiados ucranianos y ha criticado abiertamente a la Unión Europea. A pesar de ello, ha prometido continuar brindando apoyo militar a Ucrania contra la invasión rusa, aunque mantiene su oposición a la entrada de ese país en la OTAN.
Nawrocki también ha defendido la implementación de estrictos controles fronterizos con Alemania y ha pedido reparaciones de guerra a Berlín. Su trayectoria incluye haber sido director del Museo de la Segunda Guerra Mundial y actualmente lidera el Instituto de la Memoria Nacional, dedicado a investigar crímenes nazis y comunistas. Rusia lo incluyó en su lista de personas buscadas debido a su papel en la demolición de monumentos soviéticos en territorio polaco.
Polémicas y controversias
La campaña de Nawrocki estuvo envuelta en varias polémicas. Fue acusado de participar en la compra opaca de un apartamento y vinculado a través de una investigación periodística con la introducción de trabajadoras sexuales en un hotel cuando ejercía como guardia de seguridad hace 2 décadas.
Otra controversia surgió tras revelarse que escribió un libro bajo el seudónimo de Tadeusz Batyr, fingiendo ser otra persona, lo que generó dudas sobre su honestidad. A pesar de ser señalado de tener vínculos con neonazis y criminales, Nawrocki asegura que nunca ha expresado simpatía por el nazismo y atribuye esos contactos a circunstancias profesionales limitadas.
Originario de Gdansk, Nawrocki fue boxeador y futbolista en su juventud antes de obtener un doctorado en historia. Sus investigaciones académicas se han centrado en la oposición anticomunista, el crimen organizado y la historia del deporte, áreas que definen gran parte de su perfil público.